¿Las palmeras son árboles?

Trataremos de contestar aquí a una de las grandes preguntas que nos hacemos al pensar en palmeras. ¿Realmente son árboles? 

En inglés se suelen llamar, directamente, “palm trees” (o árbol palmera). Pero, como en todo debate semántico, hay que tener en cuenta que estaremos caminando sobre arenas movedizas. Todo dependerá, básicamente, de la definición que le demos a la palabra “árbol”. En cualquier caso, ¡que comience la lucha!

La mayoría de diccionarios define árbol como “planta de tallo leñoso y elevado, que se ramifica a cierta altura del suelo.” (Real Academia Española) No hay duda de que una palmera es una planta, y de hecho es una planta de gran tamaño. Hasta ahí, podríamos pensar que las palmeras encajan en la definición. Hay, sin embargo, otros dos criterios básicos que definene al árbol: primero su tallo leñoso, y segundo que ramifica a cierta altura. A continuación analizaremos minuciosamente ambos criterios para ver si efectivemente las palmeras son árboles.

¿Tienen las palmeras un tallo leñoso?

No cabe duda de que las palmeras tienen un tallo alargado y columnar, que puede llegar a alcanzar decenas metros. Lo que no está tan claro es si está formado de madera, o no. De hecho esta es una pregunta de difícil respuesta y de nuevo depende de qué consideramos como madera o leña. Suele argumentarse que el tallo de las palmeras no es leñoso, puesto que las palmeras no tienen cambium (el tejido responsable del crecimiento secundario de los árboles clásicos). En palabras más llanas, se suele pensar que es una característica de los árboles es que su tronco crezca a lo ancho durante toda su vida, mientras ciertamente el tallo de las palmeras no tiene esa capacidad. A diferencia de (el resto de) los árboles, las palmeras no son Dicotiledóneas, sino que se agrupan en el grupo de las Monocotiledóneas con los céspedes, gramíneas, cereales, y bambúes, plantas sin ese crecimiento secundario. Sin embargo, este es un argumento cogido con pinzas: Bien es cierto que los tallos de algunas palmeras, como Copernicia alba, tienen una alta densidad y son maderables y utilizados en carpintería. También es verdad que los tallos de las palmeras están lignificados (contienen fibras de lignina). Por lo tanto no se puede descartar de forma tajante que las palmeras son una “planta de tallo leñoso y elevado”.

¿Las palmeras ramifican a cierta altura?

Este es en realidad el argumento más solido para concluir que las palmeras no son árboles. Antes hablábamos de las formas de crecimiento, centrándonos en el crecimiento secundario (a lo ancho del tallo). Hay otra característica que hace al crecimiento de las palmeras único. Y es que la enorme mayoría de las palmeras tienen un único meristemo (o grupo de células encargado del crecimiento en altura) en la punta de cada tallo. Las palmeras multicaules, que forman varios tallos desde el nivel del suelo, pueden tener varios de esos meristemos, pero las palmeras unicaules solamente tienen uno, y si le arrancamos el cogollo de hojas en crecimiento la palmera sencillamente no podrá seguir creciendo, y por lo tanto terminará por morir al cabo de unos meses. Aunque como todas las reglas tiene sus excepciones (por ejemplo el caso de las palmeras africanas del género Hyphaene que se muestran en la fotografía y cuyo tallo se ramifica a media altura), podemos afirmar que por norma general las palmeras NO “se ramifican a cierta altura del suelo”.

En conclusión,

las palmeras tienen características indudablemente arbóreas, como son el hecho de se una planta con tallo de gran tamaño, otras más dudosas, como la cualidad de poseer madera, y por último algunas que no cuadran con la definición del diccionario, como que su tronco se ramifique en ramas, pero incluso en estas hay casos excepcionales. En conclusión, las palmeras no encajan perfectamente en la definición de árbol, pero es muy difícil demostrar inequívocamente que algunas como las Hyphaene no sean árboles. El debate queda abierto, claramente atascado en los grises de la semántica, aunque biológicamente las palmeras son Monocotiledóneas y (el resto de) los árboles no.

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