¿Qué es una palmera rústica?

¿Nunca te has preguntado «qué palmera puedo colocar en mi jardín, que soporte el frío invierno»?

En términos botánicos, la rusticidad se refiere a la capacidad de las plantas para sobrevivir a condiciones adversas. En jardinería, se suele utilizar para referirse a la resistencia al frío, es decir, al dato de temperatura mínima que una planta puede soportar. A menudo se utiliza el índice de rusticidad del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), que clasifica las plantas por sus rangos de rusticidad. La ventaja de este índice es que permite proyectar en el mapa las zonas de rusticidad. Sin embargo, saber qué palmera podremos colocar en un determinado lugar en base a la cantidad de frío que puede aguantar es mucho más complejo que esto. En este post, analizamos los componentes de esa complejidad.

El microclíma

El frío que experimentará una planta a lo largo de su vida no solo depende de la región geográfica en la que se encuentre, sino que dependerá mucho del microclima local. La temperatura mínima en tu jardín no es necesariamente la misma que la que hay en el jardín de tu vecina. La temperatura varía localmente dependiendo de si nos encontramos en un lugar expuesto o resguardado, a mayor o menor altitud sobre el nivel del mar, la orientación norte o sur, etcétera.

El tamaño de la planta

La resistencia al frío de las palmeras no solamente depende de la especie de palmera que adquiramos, como suele pensarse. De hecho, la resistencia al frío de tu palmera aumentará conforme esta crezca. Aunque se suele reportar la rusticidad de plantas ya establecidas, y por lo tanto de un tamaño considerable, las plántulas y palmeras jóvenes suelen ser más sensibles al frío.

La humedad

La humedad es un factor fundamental para determinar cuanto frío puede soportar una planta en determinado clima o localización. Generalmente, las plantas soportan más frío en condiciones secas. Si la temperatura ambiental baja por debajo de 0 ºC y la humedad es elevada, se producen lo que denominamos heladas; el vapor de agua del aire forma cristales de hielo en forma de escarcha. Del mismo modo, el agua que hay en el suelo se congela. Muchas plantas que pueden soportar sin problema una temperatura bajo cero podrían verse afectadas por la formación de cristales de hielo en la superficie de sus hojas o raíces. Por ello, la rusticidad de una planta es mayor en zonas con inviernos secos, y no es recomendable regar tus palmeras durante las semanas más frías del año.

La frecuencia y duración de los episodios de frío

La supervivencia de una planta al frío no solo depende del episodio de frío en sí, sino también en gran medida del clima general al que se enfrenta esa planta, es decir, a la compensación de los episodios fríos con periodos de recuperación y crecimiento suficientes a lo largo del día, el mes, o el año. Un ejemplo muy extremo sería introducir una palmera tropical en el congelador durante unos minutos, y después sacarla de nuevo a un lugar muy adecuado para su crecimiento; lo más seguro sería que sobreviviera a los -20 ºC aunque su rusticidad sea nula. Del mismo modo hay plantas que pueden sobrevivir a temperaturas más o menos bajas siempre que el verano sea lo suficientemente largo y adecuado para su crecimiento, que esas temperaturas mínimas no se prolonguen demasiado en el tiempo, y/o que las temperaturas máximas del día sean suaves.

En conclusión,

la tolerancia de una palmera al frío es difícil de determinar y varía enormemente en cada caso particular. Si tienes dudas sobre la viabilidad de poner determinada especie en tu jardín, la única manera de salir de dudas es probarla. Además, si estás enamorado de una palmera potencialmente demasiado tropical para tu jardín, existen métodos de protección que podrás poner en práctica durante los inviernos para proteger tus palmeras del frío.

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